Vilma E, Muises – www.radiomiami.us

2008 –  XXIII Festival Internacional de Teatro Hispano en Miami

“EL DÍA MÁS FELIZ DE NUESTRA VIDA” Alquibla Teatro – Murcia, España  
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por Vilma E. Muises

Siguiendo con el programa ofrecido por el XXIII Festival Internacional de Teatro Hispano en Miami, tan hábilmente dirigido y producido por el señor Mario Ernesto Sánchez y sus colaboradores, se presentó la tercer obra seleccionada para este importante evento “El Día Más Feliz de Nuestras Vidas”, de la escritora Laila Ripoll, presentado por el grupo murciano de España, Alquibla Teatro y dirigida por Antonio Saura.
Ripoll es una de las escritoras más representativa de la comedia contemporánea española.
Si bien es calificada como humorista, no deja de tener su trasfondo dramático y a veces cruel señalando en forma ligera lo más perverso del ser humano y de la sociedad misma.   
En “El Día Más Feliz de Nuestra Vida”, muestra dos etapas determinantes en la sociedad española, el franquismo por un lado, y los años 80 como testimonio de los extremos y desenfados que se viven después de una represión de 36 años.

La obra no sigue una historia lineal, por el contrario, inteligentemente la autora presenta en la primera escena la noche anterior al matrimonio de dos de las trillizas protagónicas: Amelia y Mariajose; y la llegada de la tercera: Conchi.

En los extremos se encuentran la muy liberada y desenfadada Conchi, que se ha alejado de la familia y vive sola en Madrid y la muy conservadora Amelia, que vive aún en la casa paterna al igual que su hermana menor Marijose, para quien solo interesa casarse y no quedar a “vestir santos” como popularmente se dice, sin mediar sentimientos de por medio.

En el centro está Marijose, ni tan liberada ni tan mojigata, lamentablemente enamorada de otro hombre y teniendo que aceptar un matrimonio no deseado.

La ignorancia sobre temas tan vitales como relaciones íntimas, sexología y amor es una
muestra clara de la desinformación sobre lo que se consideraba “prohibido”  

Esta primera parte, deja un final abierto a la interpretación del espectador que puede asumir a Marijose volando hacia la libertad o seguir encadenada trágicamente.

La segunda escena nos lleva a la época de Franco (década de los ’60) cuando las trillizas tienen 8 años y es la noche anterior a la Primera Comunión. Todas las falsas enseñanzas, los miedos y temores inculcados por una religión austera y cruel, sin piedad hacia la inocencia y abusando de la misma, hacen de esta representación un cuadro explícitamente exagerado, pero real, sobre el concepto de pecado hasta llegar a la crueldad y el sacrificio.

Excelente concepción de lo que es llevar a escena un mensaje claro y contundente sobre la moral, los miedos y los extremos, con cierto humor negro y sin medias tintas. 
  Las actrices, Esperanza Clares, dramaturga, actriz  y directora de producción de Alquibla Teatro, es Conchi, con extensa trayectoria escénica, perfecto  manejo de la voz y dominio del escenario. Lola Martínez es Amelia, la hermana mayor en el papel de cumplidora de las leyes y preceptos impuestos por la sociedad; resignada y muy creíble en su seriedad y postura. Susi Espín, Marijose, tal vez se la ve en un principio menos madura en escena, con un papel difícil lleno de incógnitas, miedos e inseguridades que, a pesar de todo, lleva a buen puerto. Magnífica la transformación de las tres mujeres en niñas, en la misma habitación con un profundo cambio en la voz y en la expresión corporal que hablan de la excelente adaptación al papel y la muy buena dirección.

La escenografía de Adrián Liza, es la misma en las dos escenas, una cama grande  en el centro con sus mesitas de noche y el perchero donde cuelgan los trajes, de casamiento en el primer acto y de comunión en el segundo. Sobria y muy acertada. Lo mismo con respecto al vestuario de Encarnación López Molina, el sonido de Alex Jiménez y la iluminación de Mateo Nicolás.
En cuanto al director, Antonio Saura, fundador junto a Esperanza Clares de Alquibla Teatro, muestra su experiencia en el manejo de los personajes, conservando el equilibrio entre las tres mujeres-niñas, llegando al extremo en algunas situaciones, precisamente para poder marcar con sagacidad su dominio de la situación sin permitirse caer en lo grotesco. 
Un racconto costumbrista, sabroso, extremo, de dos épocas que marcaron el antes y el después de una tiranía.

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