CRíTICA DE «CYRANO DE BERGERAC»

UN CYRANO MUSICAL

Javier González Soler, La Opinión de Murcia, Miércoles, 26 de diciembre de 2007

CRÍTICA TEATRAL

            Un año más la Fundación Cajamurcia ha programado por Navidad diversos espectáculos y eventos en distintas localidades de la Región. El teatro infantil es ya un clásico dentro de esta programación navideña y cada temporada va creciendo. Junto al tradicional montaje en el Teatro Romea –que este año ha tenido que cambiar de escenario por las obras-, en la capital son más los espectáculos que se ofrecen. Así, por segundo año consecutivo, la compañía Alquibla presenta un espectáculo destinado al público infantil. En esta ocasión ha sido nada menos que una adaptación realizada por Esperanza Clares del clásico de Edmond Rostand, “Cyrano de Bergerac”.

            Cyrano de Bergerac es un personaje que se ha asentado en la historia de la literatura codeándose con Don Quijote o Don Juan Tenorio. Pero, a diferencia de estos, está basado en un personaje real, que ni fue tan buen poeta ni tan buen espadachín, pero sí extremadamente feo, y en más de una pendencia se vio envuelto por burlas de su nariz. Movido más por la grandeza de sus sueños que por el carácter del personaje real, Edmond Rostand inmortalizó en su comedia un Cyrano, vagamente inspirado en la persona real, que no ha dejado de seducir a los espectadores del mundo entero desde el día de su estreno.

            La versión de Esperanza Clares ha reducido el extenso elenco de la obra a sólo tres personajes: El conocido triángulo formado por Cyrano, Roxana y el embobado Christian. Se prescinde de todos los demás personajes, incluso de muchos de los lances de la obra original. Esta síntesis, no obstante, no nos priva del sentido total de la obra, pues esta mantiene gran parte de su fuerza narrativa. Alquibla califica la obra como comedia romántica para niños y aunque prima lo relativo al amor, en la versión seguimos viendo el carácter aventurero y pendenciero del personaje, si bien algunos de estos pasajes –incluso el célebre soneto de “al finalizar os hiero”- han sido sustituidos por canciones. Mantiene los rasgos humorísticos y se centra fundamentalmente en la peripecia amorosa con la guerra como fondo.

            La puesta en escena es sencilla, tres módulos para diferenciar los espacios, que al final de la función se ensamblarán formando un gran corazón y un ciclorama al fondo sobre el que se proyectan grandes obras de la pintura universal con las que se pretenden resaltar distintas circunstancias de la obra, guerra, desesperación… La música, original para el espectáculo, está compuesta por Salvador Martínez en el más puro estilo musical al uso, lo que la hace muy cercana al joven espectador al que va dirigida. El vestuario de Gema de Dios es impecable y aporta mucha presencia a los actores.

            Los tres interpretes que dan vida a los personajes son Pedro Segura, Susi Espín y Jacobo Espinosa. Sobre ellos recae la mayor parte del peso de la puesta en escena y lo hacen con la destreza habitual, bailando y luchando con espadas. Cyrano contrasta su personaje, es bravo y fanfarrón y a la vez poeta y fiel enamorado, Pedro Segura nos trasmite todo esto. Susi Espín destaca todo el amor e ingenuidad de Roxana. Jacobo Espinosa nos muestra al joven Christian, torpe y apuesto que ayudado por Cyrano consigue enamorar a Roxana mediante un engaño. La historia de amor consigue conmover y hace pasar un buen rato, pero creo que es mejor percibida por niños un poco mayores que los de la edad en principio recomendada.

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