ANTONIO SAURA protagonista del SINFIN de La Opinión de Murcia

La sección EL VILLANO EN SU RINCÓN del cultural SINFIN de La Opinión de Murcia, está dedicada hoy a nuestro director Antonio Saura.

El artículo, ilustrado por el fotógrafo Joaquín Clares, está firmado por Nieves B. Jiménez.


La Opinión de Murcia, viernes, 05 de febrero de 2010

SIN FIN El Villano en su Rincón


EQUILIBIRIO TELÚRICO

Antonio Saura Director de Escena

Antonio Saura (Algezares, 1964). Veterano dinamizador de la escena en la Región –fundador de Alquibla Teatro- respira en pos de una mejora en la calidad escénica y en defensa de la profesión. Consciente de que “el teatro es arte de castillos de arena, es el instante” admira a Rigola, Bieito, Andrés Lima, entre otros. Por ello, en continuo aprendizaje, da un paso más y crea La Habitación del Loco, un espacio de investigación, abierto a otras disciplinas, con el objetivo de recuperar los orígenes del teatro y  mostrarse más desnudos, más primitivos, más desarmados de toda escenotecnia.


Un rechazo sin concesiones a elementos superfluos. Así es el rincón de Antonio desde que un día comprendió que la ciudad ya le pesaba y voló hacia Cañada Hermosa. Allí, convirtió un espacio de 50 m2 -anexo a la vivienda principal- como un canto a la luz que ha sembrado de huellas de un cuarto de siglo dedicado al teatro. De puertas para afuera la vida transcurre en prosa pero es dentro donde sientes la prolongación del escenario y la escena manda: espejos tocados con sombreros, vestuario, complementos, maletas preparadas para partir…un bagaje personal y profesional alimentado en pareja –su mujer, Esperanza “una mujer muy fuerte y vital”, apunta. La mesa -siempre con agua y café- es una tarima rescatada de la escenografía de Bodas de Sangre  y representa la tierra ávida de agua del entorno del valle de Ricote “respira poesía y lo telúrico de la tierra de García Lorca. Siento muy cerca de mí al Lorca poeta y comprometido”, reconoce. En ella enhebra ideas –lee con lápiz y una libreta próxima- entre paredes acristaladas tras las que contempla un entorno muy mediterráneo de limoneros, olivos, naranjos, jacaranda… que le aportan serenidad y que cultiva y cuida con sus propias manos. Cerca, preside una antigua silla de madera robusta en relieve “recuperada y restaurada tras encontrarla abandonada” y que le acompaña desde 1987 en cada ejercicio de dirección escénica. La banda sonora se reparte entre los variados gustos de los miembros de la familia “este emplazamiento proporciona una acústica perfecta de manera que la casa siempre está llena de sonido”, desde el rock sinfónico –Pink Floyd-, boleros, copla y jazz “sin abandonar mi pasión por el heavy -Dream Theater-”, explica.  Pero el tesoro, donde todos sus sentidos se despliegan, es la gran biblioteca –modular,  10 metros de ancho y 3,5 de alto- con un 80 por ciento de área dedicada al teatro  –obras, estudios- y el resto para novelas, poesía… con unos invitados recién llegados, los filósofos Boris Groys y Michel Onfray. Destacado, en la vitrina, Peter Brook y las obras completas de Shakespeare. Más arriba, descubrimos las cintas en VHS que contienen todos los espectáculos de la compañía que alzara el vuelo en el 84 con aquel ‘En un café de La Unión’. Toda esta convulsión de disciplinas y estudios artísticos toman un merecido descanso en una gran chaise-longue central cubierta de los tonos de la tierra: marrones, ocres y naranjas. En definitiva, un espacio para los espacios porque, como dijo Carballido, “aún nos queda lo más hermoso todavía”.


Texto Nieves B. Jiménez

Fotografía Joaquín Clares

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