OTRA CARTA…

Ha llegado el momento de escribir otra carta. Una carta de presentación de aquellas que van a ser nuestras nuevas Amistades peligrosas.  Leer las 175 epístolas de la novela de  Chordelos de Laclos implica inevitablemente vivirlas, sufrirlas y disfrutarlas; sobre todo disfrutarlas de un modo extraordinario, sobrecogedor en muchos momentos.  Absorta en la magia, la tensión y el drama de estas misivas descubro la voz y el rostro de unos caracteres que se hablan y me hablan, cuya fuerza es tan fascinante que casi me arrastra sin remedio a querer aprehenderlos y recrearlos para darles una nueva vida que vuelva a ser la suya propia. La vida de la acción,  del escenario, del presente que nos envuelve a todos.  Resulta tan complicado como atractivo. Se ha convertido en un reto, un desafío  propuesto por ellos, seres que se describen, se encubren y se desnudan; perfiles transparentes y opacos que se crean a sí mismos y se enfrentan en cada  una de las líneas que salen de sus plumas. Se trata de un juego cruzado en el que ellos reconstruyen su vida interior y exterior repleta de obsesiones, de contradicciones y secretos, de odio y deseo, de mentiras y crueldades incisivas que  chocan, una y otra vez, a lo largo de este epistolario, en un espejo de vidrio que transforma la imagen para transportarla convenientemente de la realidad a la apariencia. Una apariencia que se niega a distinguir  al ser humano del ser social. Pero sin llegar a alcanzar el final. Sólo hasta que la explosión quiebre el espejo y proyecte inevitablemente al exterior infinitos fragmentos de cristales rotos que se convierten en profundas cicatrices, reproducidas para siempre en la existencia de ayer y de hoy.
Ha llegado el momento de intentar escribir esta otra carta para que quede en la correspondencia de todos aquellos que deseéis leerla en la escena.

Diana de Paco Serrano
Dramaturga.
Octubre 2007

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