
NO ME FALTE EL AIRE
de Alba Saura
La juventud, la ansiedad y el reverdecer
No me falte el aire es un proyecto teatral sobre los tránsitos: de la juventud a la madurez, del campo a la ciudad, de los últimos cuarenta años de España. Es también el tránsito a nuevas etapas de la vida, a nuevos descubrimientos, a nuevas identidades, y los estados que la acompañan: la liberación, la frustración, la soledad, la búsqueda de un nuevo yo, la tristeza, la exaltación, la asfixia, el éxtasis, la ansiedad.
En un laberinto de espejos en tiempos y espacios, los personajes que recorren esta obra están buscándose y enfrentándose a lo que los aprisiona. Quieren encontrarse y brillar, quieren descubrir sus ansias vitales, sus anhelos profesionales, su identidad sexual, abrir su mundo y explorar lo incierto. Pero asumir ese tránsito es también situarse en el abismo.
Los personajes se construyen a sí mismos recomponiendo las historias de su pasado, aprendiendo a convivir con la ansiedad y construyendo las estrategias para entenderse, para sobrevivir, para reverdecer.
Estreno 1 de diciembre de 2023. Teatro Circo Murcia
Género Comedia dramática
Público destinatario adulto y juvenil (a partir de 12 años)
Duración 90 minutos sin intermedio
Ficha artística y técnica
NO ME FALTE EL AIRE de Alba Saura
Música original y espacio sonoro Álvaro Imperial
Dirección escénica Antonio Saura
El espectáculo está interpretado por tres actrices y tres actores (por orden alfabético): Cristina Aniorte, Esperanza Clares, Nadia Clavel, Julio Navarro, José Ortuño y Pedro Santomera.
Ficha artística:
- Escenografía y diseño gráfico Fernando Caride
- Diseño de iluminación y espacio escénico Antonio Saura
- Diseño de vestuario María Alemán
- Diseño cartel Fernando Caride
- Fotografía Joaquín Clares
- Asistente de fotografía Carlota Kristensen
- Vídeo promocional Twin Freaks Studio
Equipo de producción y administración:
Asesoría laboral Guimen Asesores
Prevención riesgos laborales Cualtis
Administración Marisa Escribano
Dirección de producción Esperanza Clares
Espectáculo producido por Alquibla Teatro
Compañía asociada a MurciaaEscena
Compañía miembro de En CompañíaS
NO ME FALTE EL AIRE forma parte de la Trilogía del camino, un proceso creativo para hablar de los tránsitos, para situarnos en la liminalidad de tiempos y geografías, para hacer confluir mundos y etapas, para asumir los cambios y entendernos como sociedad en el movimiento, lejos de todo lugar estanco.
La trilogía está compuesta por MI CUERPO SERÁ CAMINO (2022), NO ME FALTE EL AIRE (2023) y LO MÁS HERMOSO TODAVÍA (2024).
Trilogía del camino es nuestra propia historia, la de Alquibla Teatro a lo largo de cuarenta años de camino itinerante: nuestro devenir migrante de teatro en teatro, nuestra ilusionante juventud, espectáculo tras espectáculo y nuestro respirar calmado al final del recorrido.
NO ME FALTE EL AIRE nos habla de una juventud que transita la treintena y se marcha de casa, y de su proceso para aceptar la madurez, descubrirse en soledad y entender lo que ansía, lo que siempre hemos ansiado, y cómo convivir con la ansiedad. El aire nos empuja para reverdecer individualmente y para comprender la necesidad de construir la comunidad que nos rodee para sobrevivir.
No me falte el aire se mira en el espejo de cuatro décadas –desde 1978- y dos espacios –el rural y el urbano-, y reflexiona sobre los caminos hacia la adultez en España desde la llegada de la democracia. Y en este tránsito, los personajes luchan por renovarse y encontrarse: en su realización profesional, en su liberación de las imposiciones sociales, en el abrazo a su disidencia sexual, en la posición de clase, en el diálogo siempre difícil entre el afuera y el adentro, entre la serenidad y la exaltación, entre el pueblo y la ciudad, entre el sonido de los pájaros y el de la música en directo, la visión del campo en primavera y la visita al museo.
La obra construye un laberinto de caminos que dialogan y nos descubre que no hay una respuesta unívoca: las cárceles del alma y las alas para vivir son más complejas de lo que imaginábamos, más intercambiables, más efímeras.
Y en ese tránsito hacia la madurez, hacia descubrir nuestro lugar en el mundo, podemos pelear a la ansiedad o enfrentarla, podemos vestirnos de folclórica, remover la tierra con los dientes, dejar que el sol nos recargue o gritar tan fuerte que se desconchen las paredes de nuestro piso de 30m2 para no ir mañana a trabajar, para que su estruendo sea tal que nos escuchen por obligación y no nos sintamos solos y hallemos una nueva comunidad vital entre los despojos caídos de ese grito.
El tiempo contemporáneo vive ante la ansiedad de un mundo que nos devora, en ciudades asfixiantes donde no se puede pagar por una habitación digna, en trabajos que nos absorben y siempre nos exigen más y más, en el aire contaminado y en la necesidad de salir corriendo. El campo vuelve como el lugar idílico donde tomar aire para regresar al juego cosmopolita. Pero a la vez, la ciudad atrae en sus posibilidades laborales, en la realización personal, en el disfrute, en el encuentro liberador con la identidad propia que se asfixia ante la lentitud del pueblo. Y la rueda sigue y el pueblo asfixia y libera, y la rueda sigue y la ciudad libera y asfixia, y en esa incertidumbre de un mundo que nos hace adaptarnos a cada instante, intentamos sobreponernos a la individualidad de la ciudad y construir comunidades imaginadas que nos salven mientras decidimos cuál es nuestro lugar en el mundo.
Construimos ahora la historia de viajes internos que confluyen y se buscan entre el presente y el pasado para intentar pararnos, tomar aire, respirar y entender la sociedad que estamos construyendo y que está por construirse. Para abrazarnos en el tiempo, aceptarnos en lo humano, acompañarnos en la ansiedad y que no nos falte el aire.