Interpretar a Lorca. Talleres de verano 2016

INTERPRETAR A LORCA. TALLERES DE VERANO 2016

En julio de 2016, Antonio Saura y Esperanza Clares impartirán un taller de interpretación en el CENTRO PÁRRAGA de Murcia:

INTERPRETAR A LORCA (Trilogía de la tierra.)
Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba

El objetivo del taller es profundizar en los temas y personajes de Lorca, localizar los obstáculos que impidan acceder a la verdad de los personajes y superarlos. Es un curso práctico para actores y actrices, cuya máxima será “hacer”.

Contacto: Esperanza Clares
escueladeteatro@alquiblateatro.com
Tlf: 968 826 471 – 619 048 468.
De lunes a viernes, de 10:00 a 13:00 horas.

Profesorado: Antonio Saura y Esperanza Clares.
Lugar: Centro Párraga de Murcia. Espacio 4.
Horario: De 16:00 a 20:00 h.
Número de sesiones: 4
Número de horas: 16 h.
Días: Lunes de julio de 2016 (4, 11, 18 y 25.)
Destinatario: actores/actrices con experiencia en grupos, centros o Escuelas de formación teatral y/o alumnos o Licenciados en Arte Dramático.

Imprescindible ficha de inscripción.

ANTONIO SAURA y ESPERANZA CLARES

El director de escena Antonio Saura y la actriz Esperanza Clares fundaron la compañía Alquibla Teatro en 1984.

Tras más de treinta años de trayectoria teatral, ambos se han enfrentado a un vasto repertorio, en el que se encuentran los dramaturgos más influyentes de la historia del teatro universal: Esquilo, Sófocles, Eurípides, Plauto, Lope de Rueda, Cervantes, Shakespeare, Molière, Beaumarchais, George Büchner, Oscar Wilde, Carlos Arniches, Jacinto Benavente, Federico García Lorca, Enrique Jardiel Poncela, Bertolt Brecht, Miguel Mihura, Eduardo de Filippo, Samuel Beckett, Emilio Carballido, Francisco Nieva, José Luís Alonso de Santos, Ernesto Caballero, José Ramón Fernández, Rafael González, Laila Ripoll, Francisco Sanguino, con una mirada atenta a los dramaturgos regionales Ginés Bayonas, Esperanza Clares, Diana De Paco, Fulgencio M. Lax, Juan Montoro, Lorenzo Píriz-Carbonell y Luís Federico Viudes.

La influencia mediterránea en sus trabajos resulta evidente desde su origen: el ritmo escénico -marcado por los latidos de un corazón que se acelera o pausa en simbiosis con el mar-, y el compromiso, que exige llenar de contenido ético y riesgo estético (no ajeno al riesgo empresarial) sus trabajos, son propios de una identidad que imbrica muchos rasgos del primer romanticismo y de la exaltación propia que produce el Mediterráneo -y en particular el Levante-, punto de encuentro de las Tres Culturas (judía, cristiana y árabe), en un equilibrio constante entre tradición e innovación.

Sus espectáculos han recorrido la geografía española, con miles de representaciones, habiendo participado en los Festivales Nacionales más importantes, y teniendo el reconocimiento de numerosos premios.

FEDERICO GARCÍA LORCA

Además de ser uno de los principales poetas de su generación, García Lorca fue un brillante dramaturgo que culminó el proceso de renovación formal y temática del teatro español. Lorca fue un hombre de teatro en su sentido más amplio; él mismo dibujaba los figurines para los vestidos de los actores, decidía sobre los decorados y dirigía la representación. La primera obra de Lorca, El maleficio de la mariposa, es de 1920. Con el grupo La Barraca recorrió en los años treinta los pueblos de España en un intento de hacer llegar el teatro a todas las clases sociales.

Los temas de su teatro son esencialmente los mismos que los de su poesía. La lucha por la libertad, el amor y la muerte serán los motivos fundamentales del teatro lorquiano. En sus obras sobresalen los personajes femeninos, muchas veces reprimidos, que el autor traza con mano maestra. Este gusto por el mundo femenino se enmarca dentro de la atracción que sobre Lorca ejercen los grupos oprimidos y marginados en los que proyecta la frustración social o metafísica a la que les someten diversos yugos.

En sus obras funde tradición y renovación, como era propio de la generación del 27. Lorca permanece atento a las innovaciones de la vanguardia al tiempo que recurre a elementos y referentes propios del folclore y los mitos.

Su teatro emplea con frecuencia la metáfora y el símbolo y, aunque al principio recurre al verso, posteriormente se inclina hacia el uso de la prosa. La relación entre poesía y teatro la expresaba de la siguiente manera el propio autor: «El teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace humana. Y al hacerse, habla y grita, llora y se desespera. El teatro necesita que los personajes que aparezcan en la escena lleven un traje de poesía y al mismo tiempo se les vean los huesos, la sangre […]» Federico García Lorca

El lirismo es un rasgo típico de su producción dramática, que se combina con una clara intención de entrar en contacto con el pueblo y de actuar socialmente.

Lorca escribió farsas y teatro de títeres (La zapatera prodigiosa, Retablillo de don Cristóbal, etc.), un drama histórico en verso (Mariana Pineda), teatro surrealista (El público o Así que pasen cinco años, entre otros títulos), pero sus obras más destacadas son Bodas de sangre (1933), Yerma (1934), Doña Rosita la soltera (1935) y La casa de Bernarda Alba (1936). Salvo Doña Rosita, de carácter urbano, las otras tres obras están ambientadas en la Andalucía rural. En ellas, Lorca expresa el conflicto entre la libertad, encarnada en los personajes, con sus sueños y sus anhelos, y el principio de autoridad que ejerce la sociedad, regida por las normas, las conveniencias y la falsa moral.

Bodas de sangre aborda una historia pasional entre miembros de familias rivales. Yerma, por su parte, desarrolla el drama de una mujer estéril que cifra su existencia en tener hijos. Ambas obras, de inspiración clásica, mezclan la prosa y el verso y cuentan con la presencia de un coro, que comenta las situaciones.
La casa de Bernarda Alba, escrita en 1936, se centra en la tiranía moral y la represión sexual que Bernarda ejerce sobre sus hijas: la madre les impone ocho años de aislamiento, llevando hasta lo irracional las convenciones sociales sobre el luto. La aparición de Pepe el Romano, dispuesto a casarse con la hija mayor, Angustias, desencadena el conflicto. Todas las hijas, a excepción de la menor, Adela, aceptan las disposiciones de su madre. Adela es un personaje rebelde, típico de Lorca, en el que se presenta la oposición entre la autoridad y el deseo.

Ambientada en un momento contemporáneo al autor e inspirada en sucesos reales, supone una reflexión crítica sobre las costumbres de su época. La tiranía del honor y de las normas sociales, representada en la figura de Bernarda, ahoga las ansias de libertad y de vida inherentes al ser humano que encarna el personaje de Adela.

La lucha por alcanzar los propios deseos en una poderosa sociedad hostil a la felicidad del individuo termina en el fracaso trágico (que en la obra se concreta en la muerte) del que desafía lo establecido.