Archivos mensuales: enero 2016

MACBETH

William Shakespeare

ESTRENO TEATRO ROMEA DE MURCIA
Viernes, 29 de abril de 2016. 21:00h.

(Sábado, 30 de abril de 2016. 22:00h.
Domingo, 1 de mayo de 2016. 20:00h.)

PRESENTACIÓN EN EL FESTIVAL DE SAN JAVIER
Agosto de 2016. 22:30h.

Es una producción de Alquibla Teatro
en coproducción con Teatros de Murcia
y el Festival Internacional de Teatro y Danza de San Javier

con la colaboración del Centro Párraga de Murcia y el apoyo del ica. Región de Murcia

Espectáculo subvencionado por el inaem. Ministerio de Cultura. Gobierno de España

Sobre la obra

MACBETH cuenta una historia de crimen y castigo entreverada de brujería y elementos sobrenaturales. Amparado en las engañosas profecías de las Hermanas Fatídicas, brujas o diosas del destino, Macbeth decide asesinar a su rey y tomar la corona. Consciente del horror al que se entrega, forja su terrible destino y se deja poseer por el mal que nace del ansia de poder, creyéndose invencible y eterno. Esta obra tenebrosa e inquietante, de una acción vertiginosa, es también profundamente introspectiva. A través de un lenguaje metafórico y sensorial, el más denso lenguaje figurado de Shakespeare, apoyado en un torbellino de imágenes asociadas a las tinieblas, la muerte, la crueldad y la esterilidad, la obra indaga en lo prohibido, explora la transgresión y ofrece la oportunidad única de compartir la vida interior de un asesino, con su horror y su misterio. La altura poética e intelectual de MACBETH no oculta ni suaviza la situación política concreta de sangre y violencia, ambición y deslealtad en la que la acción en que la acción se desenvuelve.

Ángel Luis Pujante
Catedrático de Filología Inglesa
Premio Nacional de Traducción, 1998
Noviembre de 1995

Sobre la dramaturgia del espectáculo

MACBETH.- Mañana, y mañana, y mañana se arrastra con paso mezquino día tras día hasta la sílaba final del tiempo escrito, y la luz de todo nuestro ayer guió a los bobos hacia el polvo de la muerte. ¡Apágate, breve llama! «La vida es una sombra que camina, un pobre actor que en escena se arrebata y contonea y nunca más se le oye. Es un cuento que cuenta un idiota, lleno de ruido y de furia, que no significa nada.»

[Acto V. v]

Desde nuestra mirada contemporánea, MACBETH continúa siendo fascinante por su tratamiento dramático del mal: el mal que nace del ansia de poder.

Posiblemente que por esa fascinación tantos, y tan grandes, directores de escena, han bajado a los infiernos con el matrimonio Macbeth: desde Cayetano Luca de Tena –en 1942–, Miguel Narros –en 1980–, hasta las más recientes puestas en escena de Paco Valcarce, Laila Ripoll, Carlos Martín, Pere Fullana, Calixto Bieito, Juan Dolores Caballero, Helena Pimenta, Vanesa Martínez, Alex Rigola, Andrés Lima o el maestro Declan Donnellan. Y, todo ello, sin mencionar la prolífera relación de cineastas y dramaturgos que han sucumbido a esta tragedia shakesperiana.

Este punto de partida nos lleva a la exploración de lo prohibido y la transgresión en un mundo, el nuestro –desde la contemporaneidad de la tragedia shakesperiana-, bañado en sangre, golpeado por una violencia extrema, dirigido por una ambición desmedida, poblado de crímenes políticos y seres desleales. No habrá buenos y malos. Es más, no habrá inocentes. Sólo seres humanos, hombres y mujeres, sucumbiendo ante la ambición de poder. Sólo muerte, destrucción y desolación, de forma cíclica y sin posibilidad de cierre: todos los gobernantes se transforman en «tiranos execrables» cuya cabeza hay que cortar, cuando dejan de interesar a intereses oscuros (económicos y políticos). Y es en este aspecto donde nos encontramos más alejados de reyes y generales, rivales por el poder, y mucho más próximos al entorno Bilderberg.

La sociedad del nuevo MACBETH es aquella en la que el mal gusta y pervierte, porque en él hay erotismo. Es el placer del poder en un mundo donde no hay reglas morales ni éticas.

Este es el futuro –tema obsesivo en esta obra- que plantea Shakespere: sólo de la inocencia de un niño desnudo surgirá un mundo mejor. (Se pregunta, con ironía, Ángel-Luis Pujante: «¿Es Malcolm la esperanza de Escocia?». La respuesta es meridiana: no).De forma cíclica, como un eterno retorno nietzscheano, ningún gobernante supone la liberación. Macbeth nos libera de Duncan y nos introduce en otro período despiadado y desesperanzado. Malcolm nos libera del tirano Macbeth a sabiendas de que su crueldad será aún mayor.

MACBETH.- Ya casi he olvidado el sabor del miedo. Hubo un tiempo en que el sentido se me helaba al oír un chillido en la noche, y mi melena se erizaba ante un cuento aterrador cual si en ella hubiera vida. Me he saciado de espasmos, y el horror, compañero de mi mente homicida no me asusta.

[Acto V. v]

La tortura interior y el proceso de degeneración psicológica y física de sus protagonistas, Macbeth y Lady Macbeth, será un elemento destacado del trabajo interpretativo y, en general, de la puesta en escena, por ser motor de acción de la obra. Macbeth asesina, al principio instigado por su mujer, después a sus espaldas, por una ciega ambición. Ambos son paradigma de lo prohibido y lo transgresor y con ellos realizamos un recorrido de degradación y autodestrucción. «En esta tragedia del éxito hay sin duda una acción absorbente que nos arrastra, pero también mucho más. Macbeth nos ofrece la oportunidad única de compartir la vida interior del asesino, de concebir con él la magnitud de su experiencia y de vivir el mal y sus efectos, con todo su horror y su misterio. Y si nos sentimos cómplices a pesar nuestro es porque la obra –introspectiva, rápida, intensa– mueve los resortes del mal que hay en todo ser humano como no puede hacerlo el melodrama. Esa es su grandeza», sentencia Ángel- Luis Pujante. Fue lo que de forma grotesca buscó Jarry con Ubú rey y de forma sucia Koltés con Roberto Zucco.

Las Brujas adquirirán un protagonismo destacado: como metáfora de lo que nos seduce y nos destruye, son el auténtico centro de poder. A través de su constante presencia en escena, y la apropiación de voces y rostros de un gran número de personajes, marcarán el clima de superstición, hechicería y sexualidad, a través de una estética surrealista: «Bello es feo y feo es bello» entraña la inversión de valores que mueve a las fuerzas del mal y que se instala desde el principio en el mundo de la obra. La ambigüedad dramática de Las Brujas las hace ser más temibles e inquietantes que los protagonistas de la acción porque no sabemos lo que son. En MACBETH las fuerzas del mal son femeninas, una herencia cultural ancestral innata a nuestra propia civilización, porque la mujer es la que trae al mundo «monstruos sanguinarios».

Nos moveremos en un espacio escenográfico actual: amplio, abierto, límpido, con elementos corpóreos movidos por la escena, en la idea de que la Escocia que presenta Shakespeare es metáfora de una mentalidad y una forma de vida: aquella que impregna un ambiente de violencia salvaje, que tiene a la noche como aliada (incluida la luna llena fatídica del Bodas de sangre lorquiano.)

La banda sonora creada por Salvador Martínez, músico de los espectáculos de la compañía desde 1993, tendrá una fortísima presencia, así como los sonidos desprendidos de las acciones físicas de los actores.

No hemos intervenido en el texto para adaptarlo a necesidades contemporáneas aunque si hemos eliminado fragmentos que afectaban al ritmo de la acción.

El montaje cuenta con un reparto de ocho actores/actrices: Macbeth, Lady Macbeth, las tres Brujas, Duncan/Macduff, Banquo y Malcolm. Las Brujas interpretan también el resto de personajes de la obra.

El espectáculo tiene un halo de poesía y belleza, aquella que surge de lo terrible de la crueldad humana.

Antonio Saura Director de escena
Alba Saura Licenciada en filología

Sobre la puesta en escena

Constantes escénicas, desarrolladas a lo largo de treinta años de trayectoria de la compañía y su director, Antonio Saura, impregnan este nuevo montaje:

  1. equilibrio entre la tradición y la innovación,

  2. gran ritmo y dinamismo escénico,

  3. arrebatadoras interpretaciones que sitúan al actor en una situación límite,

  4. preeminencia del “hacer” aurtadiano,

  5. la energía invisible a través de la fisicidad,

  6. impactantes imágenes,

  7. tratamiento universal del conflicto,

  8. búsqueda de la emoción que golpee al espectador,

  9. creación de un ritual de confrontación de ideas, emociones y sensaciones

  10. y primacía del teatro de la emoción sobre el teatro de la evasión.

Breve reseña sobre el espectáculo para medios de comunicación, web y redes sociales

Desde nuestra mirada contemporánea,MACBETH continúa siendo fascinante por su tratamiento dramático del mal: el mal que nace del ansia de poder.

Este punto de partida nos lleva a la exploración de lo prohibido y la transgresión en un mundo, el nuestro –desde la contemporaneidad de la tragedia shakesperiana-, bañado en sangre, golpeado por una violencia extrema, dirigido por una ambición desmedida, poblado de crímenes políticos y seres desleales. En este aspecto, nos encontramos más alejados de generales y reyes, rivales por el poder, y mucho más próximos al entorno Bilderberg.

En la sociedad del nuevoMACBETH el mal gusta y pervierte, porque en él hay erotismo. Es el placer del poder en un mundo donde no hay reglas morales ni éticas.

Las Brujas adquirirán un protagonismo destacado, como metáfora de lo que nos seduce y nos destruye, son el auténtico centro de poder, así como la tortura interior y el proceso de degeneración psicológica y física de sus protagonistas, Macbeth y Lady Macbeth, con los que caminaremos en su recorrido de degradación y autodestrucción.

Ficha técnica

Traducción Ángel-Luis Pujante
Dramaturgia Alba Saura
Música original Salvador Martínez
Dirección escénica Antonio Saura

Reparto

Macbeth Javier Mula
Lady Macbeth Esperanza Clares
Bruja 1ª Lola Martínez
Bruja 2ª Toñi Olmedo
Bruja 3ª Cristina Aniorte Guerrero
Duncan/Macduff Julio Navarro
Banquo Fernando Caride
Malcoln César Pérez
Resto de personajes Reparto

Técnicos en gira

Técnico de iluminación y sonido Rubén Plegazuelos
Técnico de montaje y regiduría Benito Rubio

Equipo artístico

Espacio escénico y diseño de iluminación Antonio Saura
Diseño escenográfico Curlos Guerro
Ayudante de dirección Alba Saura
Realización escenografía Zigurat
Estructuras metálicas Cerrajería Polígono, S.L.
Diseño cartel Fernando Caride
Fotografía promoción Pepe H
Vídeo promocional Kron Audiovisuales

Equipo de producción

Asesoría laboral Guimen Asesores
Prevención riesgos laborales Ibermutuamur
Administración Antonio Clares
Web Álvaro Imperial
Redes sociales, comunicación y prensa Alba Saura
Responsable técnico en gira Benito Rubio
Distribución Toñi Olmedo
Dirección de producción Esperanza Clares

Es una producción de Alquibla Teatro
en coproducción con Teatros de Murcia
y el Festival Internacional de Teatro y Danza de San Javier

con la colaboración del Centro Párraga de Murcia y el apoyo del ica. Región de Murcia

Espectáculo subvencionado por el inaem. Ministerio de Cultura. Gobierno de España

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